La frase envenenada contra Rafa Benítez

«Nunca aceptaría este trabajo por respeto a mi antiguo equipo en Liverpool». La frase, en referencia al Chelsea, fue puesta en boca de Rafa Benítez cuando aceptó trabajar a las órdenes de Roman Abramovich. Los hinchas de los blues no tardaron en utilizarla como arma arrojadiza en su particular catálogo de agravios hacia el entrenador español. Benítez, poco dado al juego mediático, no se preocupó entonces por desmentir públicamente la supuesta declaración de principios. Pero sus asesores, desconcertados, se emplearon a fondo hasta dar con el origen de la invención: un bloguero checo de 15 años que echó a rodar la frase a golpe de tuit.

«En el pasado, podría habertres personas que no estaban contentas con la elección de tu equipo o tus sustituciones y nadie se daría cuenta. Ahora tienes una persona de la República Checa inventándose una declaración, se repite en todas partes y se convierte en la verdad», acabó reconociendo el técnico del Chelsea días atrás en una entrevista al Daily Mirror. Para alguien como él, obsesivo del detalle, las redes sociales son una batalla perdida. No es el único elemento incontrolable de un Chelsea determinado por la volatilidad. Comenzando por un vestuario habituado a las idas y venidas de entrenadores y con jugadores jóvenes que se debaten entre su deseo de aprender del librillo del español y hacer caso a las directrices de compañeros de mayor jerarquía.

El técnico entró en terrenopantanoso desde el día que firmó su contrato temporal. Está al servicio de un club en un estadio de ansiedad permanente con demasiada facilidad para perder la perspectiva. Al margen de las distracciones que marcan el pulso diario del equipo, el Chelsea sigue vivo en dos competiciones -FA Cup y Europa League- y en la campaña para clasificarse en zona de Champions League, a pesar del tropiezo ante el Southampton de la última jornada (perdió 2-1 el pasado sábado).

Sus aspiraciones esta campañapasan hoy en gran parte por el replay de cuartos de final de la FA Cup ante el Manchester United. Todo dependerá de si Stamford Bridge contempla al Chelsea avasallado en la primera parte de Old Trafford o al equipo capaz de la remontada en la segunda mitad de aquel partido que acabó forzando el desempate. El United viaja a Londres con la tranquilidad mental de saberse campeón casi virtual de la Premier gracias al abismo de 15 puntos que lo separan del Manchester City. Pero la fatiga será el peor enemigo de los dos equipos, porque ninguno ha tenido más de 48 horas de descanso después de la jornada de Premier League por exigencias de un calendario condicionado por la Europa League del Chelsea. Todo dependerá de cómo respondan los músculos de los jugadores. Y de la angustiosa bipolaridad de los blues.